CÓMO NO ESTAR FELICES

Por la unanimidad de 97 votos, la Cámara de Diputados aprobó este miércoles el proyecto que solicita al Gobierno incluir al teatro como asignatura en el currículo de enseñanza básica y media. La propuesta solicita a la Presidenta Michelle Bachelet y a la ministra de Educación, Adriana Delpiano, que «en el contexto de la reforma educacional indispensable para el país, se favorezca la formación integral de los jóvenes incluyendo al teatro como asignatura del currículo de enseñanza básica y media en la forma y la gradualidad que estime más adecuada», informó el pasado 6 del presente El Mercurio, al cual citamos textualmente.

Y digo, cómo no estar felices si, desde su misma formación, nuestra Escuela de Profesor en Lenguaje y Comunicación, cuenta con actividad teatral, que se ha consolidado mediante el currículum de teatro que comprende una asignatura obligatoria y cinco optativas y que faculta, a quién las apruebe con una nota superior a cinco, a recibir la mención de Director de Teatro Escolar, junto a su grado y título profesional.

Este desarrollo del teatro, que creemos único entre las escuela de pedagogía del país, se basa en que desde nuestra fundación hemos creído que el teatro es una herramienta fundamental para los docentes en una doble vertiente: de una parte, el profesor, podrá aplicar la técnica teatral a su desempeño como comunicador presencial en el aula de clases. De otra, podrá desarrollar en sus alumnos sensibilidades propias del arte a través de la palabra, el movimiento corporal, la luz, la música; tendrá una herramienta única para que el alumno sea capaz de meterse en la piel de otro y desde allí adquirir una mirada diversa, que abarque a otros distintos a él; gozará la lectura de los clásicos mediante la dramatización compartida; aprenderá  a trabajar en grupo, ya que siendo el teatro un arte esencialmente gregario, el montaje teatral hará que, necesariamente, apoye a sus compañeros y que él mismo se apoye en ellos.

La indicación hace confiar en que la reforma educacional va por buen camino. La otra cara de la medalla es la existencia de especialistas en el tema a través del país, lo que puede llevar al fracaso de la iniciativa ante la realidad. La Universidad Austral de Chile puede decir: “nosotros nos adelantamos y los formamos desde hace años”.

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