ALGO HUELE PODRIDO EN DINAMARCA.

Cuando los payasos, que tan estupendamente bien lo hacen en los circos, son llevados a una sala de conciertos y cuando la profunda música de Beethoven es llevada al circo, creo que algo huele podrido en Dinamarca. Cuando una campaña política quiere parecer un grandioso acto cultural y los verdaderos actos culturales son despreciados por los políticos, creo que algo huele podrido en Dinamarca. Cuando se gastan enormes recursos para pagar a extranjeros y no hay fondos para desarrollar una cultura artística propia, creo que algo huele podrido en Dinamarca. Seguir leyendo