ALGO HUELE PODRIDO EN DINAMARCA.

Cuando los payasos, que tan estupendamente bien lo hacen en los circos, son llevados a una sala de conciertos y cuando la profunda música de Beethoven es llevada al circo, creo que algo huele podrido en Dinamarca. Cuando una campaña política quiere parecer un grandioso acto cultural y los verdaderos actos culturales son despreciados por los políticos, creo que algo huele podrido en Dinamarca. Cuando se gastan enormes recursos para pagar a extranjeros y no hay fondos para desarrollar una cultura artística propia, creo que algo huele podrido en Dinamarca. Cuando se mide la cultura de un pueblo por sus espectadores borregos y no por la fuerte ligazón de los artistas con el pueblo al cual pertenecen, creo que algo huele podrido en Dinamarca. Cuando el arte se confunde con la cultura y esta con la desinformación y esta con la manipulación de masas y esta con la politiquería, creo que algo huele podrido en Dinamarca. Cuando los desarrollos artísticos no son liderados por artistas, sino por operadores ignorantes al servicio de políticos, a quienes el arte les importa un bledo, creo que algo huele podrido en Dinamarca. Cuando se engaña a un pueblo con rótulos rimbombantes, de origen por lo menos oscuro y con ninguna validación por organismos internacionales serios y al rótulo adhieren todos aquellos que podrían ser favorecidos localmente con algunas migajas, a la sombra de quienes tienen una elección a la vuelta de la esquina, creo que algo huele podrido en Dinamarca. Cuando en un grandilocuente —y fallido en su mayor parte— espectáculo se gastan los recursos más que suficientes para realizar un proyecto artístico participativo con todas las comunas de la región, creo que algo huele podrido en Dinamarca.

Cuando seguimos, igual que en el siglo antepasado, igualito que hace 150 años,  rezando a ídolos de barro “cómo en Santiago” y nos preguntamos para que maldita cosa nos ha servido nuestra Nueva Región, creo que algo huele podrido en Dinamarca.

Cuando hay lectores que se pregunten ¿De dónde sacó éste la pudrición de Dinamarca y qué tiene que ver con nosotros los valdivianos? Creo entonces que algo huele muy podrido en Dinamarca.

Y, pese a haberme comprado un lío gratis, de lo que seguro me voy a arrepentir, no puedo dejar de pensar que sí ¡Algo huele podrido en Dinamarca!

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