LOS CUENTOS DE PEDRO URDEMALES

Los Cuentos de Pedro Urdemales (2003) | Facultad de Filosofía y Humanidades | UACh

Los Cuentos  de PEDRO URDEMALES A lo Humano y lo Divino

NACIMIENTO DE PEDRO

El día que nació Pedro

el  Maule corrió pa'rriba,

los gallos pusieron huevos

y las gallinas parían.

El  día que nació Pedro

la lluvia subió del suelo

el chancho nació con cachos

y la culebra con pelo.

El  día que  nació Pedro

tembló la tierra cien días

se  vió un cometa en el cielo

con la cola retorcía.

                                  

CUENTO  DEL HUEVO DE YEGUA

PUETA

Agarró Pedro camino

gastando en fiestas y en vino

las monedas que ganaba

cuando a algún simple engañaba.

Después de gastar la plata

vendió su yegua y a pata,

siguió recorriendo mundo

hasta llegar a un gran fundo.

Lo único que tenía

era una mansa sandía,

que abrazaba con ternura

cual si fuera criatura.

En la tranca estaba un gringo

vestío  como en domingo.

De Gringolandia venía

y pocaso conocía

de las frutas que por miles

se dan en mi lindo Chile.

 

EL GRINGO                                ( A Pedro que amorosamente deja la sandia en el suelo ) Hey, ju, buen hombrre.

 

PEDRO                   ( Sentandose sobre la sandia ) ¿  Díga, patroncito ?

 

EL GRINGO             ¿ Qué seg eso que tú teneg ahí ?

 

PEDRO                   ¿ Cómo, no sabe que eh esto ?

 

EL GRINGO             Nou. Mi seg extranjerou. No conoceg estos huevus grrandes.

 

PEDRO                   Ah. Claro. Usté viene de Estranja.

 

EL GRINGO             Oj,oj, no. Mi viene de Grringolandia.

 

PEDRO                                      Con razón, pueh. Esto que usté aquí ve eh un hue'o de yegua. De la mujer del caballo. ¿ Me'ntiende ?

 

EL GRINGO             Oh, sí, sí. Caballa esposa del yeguo.

 

PEDRO                   No. Yegua esposa del caballo.

 

EL GRINGO             Oh, sí. Oj, oj, yeguo esposo del cabello.

 

PEDRO                   Mah o menoh.

 

EL GRINGO             Allá en mi país, los yeguos tienen pototillos...

 

PEDRO                   Potrillos.

 

EL GRINGO             Eso. Pototrillos en in.

 

PEDRO                   Interior. Adentro.

 

EL GRINGO             Eso. Integiogadentrrou.

 

PEDRO                                               ¿Qué curioso ah? Que son raras lah yeguah allá en Gringolandia.

 

EL GRINGO             No, no. Allá todo nogrmal. No gago.

 

PEDRO                                      Debe ser porque allá tan ca'eza pa'bajo, según me enseñaron en la escuela. No ve que yo soy escuelia'o.

 

EL GRINGO                                No. Tú estag equivocao. Nosotgos cabeza agiba. Ustedes cabeza abajo.

 

PEDRO                                                Ah, ustedeh cabeza arri'a. Ah. Lo que eh la falta de ignorancia di'uno ¿no? Así que allá paren las yeguas.

 

EL GRINGO             Oh, sí. Yeguas tienen bebé.

 

PEDRO                                      Aquí somoh mah prácticos. La yegua pone el hue'o y listo. Se va. Entonces uno mismo agarra el hue'o  se sienta encima y al rato sale el potrillo.

 

EL GRINGO                       Oh, muy eficiente. Sí. Yo necesitag un yeguo. ¿ Tú podeg vendegme la hueva de yeguo ?

 

PEDRO                                      No sé. ¿ No ve que uno se encariña con el hue'ito ? Es como si juera un hijo.

 

EL GRINGO             Sí, entiendo. Mucho sentimental, tgiste pog las huevas.

 

PEDRO                                               Pero como usté viene de tan lejoh, na máh que por eso se lo vendería.

 

EL GRINGO             ¿ Cuánto vale ?

 

PEDRO                   Porque somoh amigoh, se lo dejaría en dieh mil pesoh.

 

EL GRINGO             Vale. Tgato hecho. ( Le da la  plata )

 

PEDRO                   Y ademah, ese sombrerito tan bonito que tiene.

 

EL GRINGO                                Oh sí, ya, a tí gustag mi somgrego. Toma paga que te lo pusiéstelos.

 

PEDRO                                      Ahora véngase con harto cuidaíto, porque uno no se pue'e parar así no máh. Hay que estar ojo el charqui, pa'que el potrillo no se de cuenta del cambio de las partes traseras ¿Entiende?

 

EL GRINGO                       Oh, sí. Mucho cuidado con la tgasego paga que pototgillo no se de cuenta. ( El gringo se sienta sobre la sandia).

 

PEDRO                   ¡ Qué inteligente eh usté ! Las cacha al güelo.

 

EL GRINGO             Oh, cacha al suelo.

 

PEDRO                                      Y tenga mucho cuida'o, cuando nazca el potrillo. No se le vaya a arrancar.

 

EL GRINGO                       Oh, sí, sí. Mucho cuidao con el pototgillo. Yo me saca la cogea de los pantalones, paga estag listo y amagag al pototrillo. Mi very smart. Muy listo.

 

PEDRO                   Chahuilco, entonceh.

 

EL GRINGO                       Chohuico. Bye, bye. Que nativo más tounta. Vendegme una caballa en diez mil pesous. Esta tiega al gevés me gusta paga haceg negocio.

 

 

 

PUETA

 

Con paciencia de renuevo

quedó empollando su huevo

como una gallina el gringo

esperando que salga el pingo.

Quizás cuanto esperaría:

unas horas, todo el día.

Quizá espera todavía

que de la verde sandía,

verde como verde tallo,

salga trotando un caballo.

 

 

 

 

CUENTO DEL ARBOLITO DE LA PLATA

 

 

PUETA

 

El pillo Pedro

pilló a la araña

y a doña Araña

pidió un hilito

con el hilito

ató los pesos

y con los pesos

se subió a un árbol

y en el árbol

colgó los pesos

junto a los pesos

miró el camino

por el camino

viene un jinete

y a este jinete

lo llamó Pedro

a voces Pedro

el pillo Pedro.

 

 

 

PEDRO                   ¡ Amigo ! ¡ Oiga amigo !

 

EL JINETE               ( Que trae al anca a la mas linda niña ) ¡ Qué se le jrunce, iñor !

 

PEDRO                                      Por favor, ca'allero, váigame ricibiendo lah frutitah de este arbolito que 'toy cosechando. ¡ Cuida'o, desmonte mah mejor, pa' que no se le vaigan a quer ! ( El jinete desmonta. pedro le lanza una moneda de plata ).

 

EL JINETE               ¡ Jesú, María y José ! ¡ Tan lloviendo pesoh juerteh !

 

PEDRO                   ¡  Guard'a'jo qu'ay val'otra !

 

EL JINETE               ¡ Me recondeno, que es pura plata fina !

 

PEDRO                   ¡ Guarda gancho que no se ti escapen !

 

EL JINETE                         ¡ Benaiga mi taita, benaiga mi agüela !  ( Se le escapa una moneda. a la mas linda niña ) ¡ Ayu'a a buscar puh aturdí'a !

 

PEDRO                                      ¡ Guarda, guarda que no se pierdan ! ( Lanza varias monedas de una vez. El jinete y la mas linda niña buscan las monedas en cuatro patas. Pedro los dirige desde arriba del arbol, conteniendo la risa.) ¡  Máh allá, no, máh acá. Máh al medio. Máh al la'o ! ( Baja del arbol mientras todavia los otros dos buscan en cuatro patas. Pedro mirando a la mas linda niña agachada ) ¡ Gonitah ancah !

 

EL JINETE               ¡ Cómo'ice !

 

PEDRO                   ¡ Gonitah ancah... la yegüita en que venía monta'o !

 

EL JINETE                         ( Entregándole las monedas ) Oiga amigo ¿ Y di'onde sacó tantah mone'ah ?

 

PEDRO                   ¿ Qué no'stá viendo ? De mi arbolito de la plata puh.

 

EL JINETE               ¿ Cómo ?

 

PEDRO                   ¿Es que usté no había escucha'o nunca del arbolito'e la plata?

 

EL JINETE               Renuncaso.

 

PEDRO                                      Güeno, nu eh na'raro. Es que estoh arbolitoh son muy escasoh. Hay que buscarloh muy bien. Se dan solamente cuando un rico que tiene pacto con el diablo caga a la orilla di un camino una mone'a'e plata. Si el rico tapa el mojón con el sombrero di un cura, entonces el diablo no pue'e sacar la mone'a y endiai sale un arbolito de la plata.

 

EL JINETE               Así eh la cosa.

 

PEDRO                                      Así eh. Yo me pasé muchoh añoh buscand'uno. Hasta que llegué a servir a la casa de un rico. Anteh de morir el pobre ca'allero, que en pah descanse, me contó del arbolito, que florece lah purah lunah nue'ah.

 

EL JINETE               Cierto, oiga. Anoche no mah jué luna  nue'a.

 

PEDRO                                      Graciah por ayu'arme. Es que con el peso de la plata tengo mie'o de caerme del arbolito y por la otra uno se cansa estar tanto sú'e que te 'aja.  ¿ Y pa'ónde va el amigo, con esa flor tan preciosa ?

 

EL JINETE                         Me voy pa' mi pueblo pa' matrimoniarme.

 

PEDRO                                      Ah...

 

EL JINETE                         Una vaquilla, treh ovejah, un gallo y una gallina con polloh, me costó la muchacha. ( Pedro ha empezado a coquetear con la mas linda niña ).

 

PEDRO                                      Güen nigocio hizo, porque la muchacha es abundante como vaquilla, suave como una oveja, luminosa como un gallo, pone'ora como gallina y le va a dar muchoh pollitos pa' su descendencia. ( Lo dice todo mirando picaronamente a la muchacha que, melindrosa, le devuelve su mirada ) Y ahora con su permiso, yo le quiero hacer un regalo di matrimonio, así que me voy a su'ir al arbolito pa'sacarle unah moneítah.  Porque el casa'o tiene muchoh gastoh. Usté espéreme aquí no mah. ( Sube al arbolito. El jinete y la mas linda niña lo miran desde abajo. Pedro se hace el que busca monedas, coquetea con la niña y de pronto dice ) ¡ Espere 'tar casa'o puh amigo ! ¡Mire que ponerse a contar plata dilante'e loh pobreh!

 

EL JINETE                         ¡ Qué 'ice  !

 

PEDRO                                      ¡ Que está apurando el matrimoneo ! ¡ Cree que no ve di aquí como le da besoh a la muchacha y como no asujeta lah manoh ! ¡ Ya, puh, córtela ! ¡ No sea cochino !

 

EL JINETE                         ¡ Pero, si yo nu'stoy haciendo ná'!

 

PEDRO                                      ¡ Cree que no lo veo ! ¡ No siga no siga, qui la muchacha 'tá avirgonzá'!

 

EL JINETE                         ¡ Pero si yo no le hago ná' a la muchacha !

 

PEDRO                                      ¡ Si yo lo veo to'o oiga ! ¡ Mire la muchacha suh mejillitah de porcelana lah tiene to'a arrebolá !

 

EL JINETE                         ¡ Si no me mue'o siquiera !

 

PEDRO                                      ¡ No le livante loh rifajoh ! ¡ No ve qui va 'cer llorar a loh ojoh máh lindoh del mundo !

 

EL JINETE                         ¡ Le juro por Diosito que yo no hago ná !

 

PEDRO                                      ¡ No li apriete ese talle de junco tierno !

 

EL JINETE                         ¡ 'Toy inmóvil como una istuata !

 

PEDRO                                      ¿ Será cosa mágica... ?

 

EL JINETE                         Eso tiene qui ser. ¡ Cosa'e brujoh !

 

PEDRO                                      Eso. A ver. Yo  voy a bajar. Y usté sube a ver si ve lo mismo. Yo me voy a parar aquí al la'o de la muchacha y usté va ir contando lo que ve. (El jinete sube al arbolito. Pedro besa a la muchacha y hace lo que el jinete va describiendo).

 

EL JINETE                         ¡ Brujería ehs ! ¡ Veo como le da un beso  ! ¡ Y  otro ! ¡ Y otro mah largo ! ¡ La abraz'el talle ! ¡ Le dice cositah en la orejita ! ¡ El  diablo  tiene que tener metí'a su cola ! ¡ La toma en brazoh ! ¡ La  su'e al ca'allo ! ¡ Si aleja galopiando ! ¡ Mi hacen adióh con la mano ! ¡ Mire ve el  arbolito maravilloso ! ¡ Se perdieron en lontananza ! ( Habla como si Pedro estuviera todavia debajo  del arbol ) ¡ Y se golvieron  invisibleh !  ¡Ya amigo, voy a  bajar!  ( Baja ) To'avía siguen invisibleh... Contésteme amigo... ¿  O la  brujería  le golvió invisible tam'ién la voh ? ( Mira por todos lados. vuelve a subirse al arbolito. vuelve a bajar ) ¿ No será...? No. ( Sale gritando )  ¡ Mi máh linda niña ! ¡ Mi máh linda niña ! ¡ Mi vaquilla ! ¡ Mi niña ! ¡ Mih ovejah ! ¡ Mi gallo ! ¡ Mi niña ! ¡ Mi gallina con polloh ! ¡ Mi niña ! ...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CUENTO DE PEDRO Y EL DIABLO

 

 

 

 

PUETA

 

Un día cualquiera entre los días, recibió  Pedro un mensajero. Y el mensaje era del Diablo que le retaba a duelo. A tal efecto lo invitaba a Talagante y Pedro, que al Diablo no temía, echó a la espalda el atado, al ojo el sombrero y al camino los pies. Y yendo de camino escuchó una vocecita.

 

LA SOMBRA                      ¡ Pedro ! ¡ Pedro Urdemales !

 

Pedro mira hacia todos los lados sin ver a nadie

 

LA SOMBRA                      ¡ Pedro ! ¡ Pedro Urdemales ! Hijo de Pedro Urdemales nacido a orillas del Maule. Pedro Urdemales, nieto de Pedro Urdemalas, que en España conoció al gran Miguel de Cervantes.

 

PEDRO                                      Será cosa de brujoh. Que siento que mi haulan y no veo a quién mi haula.

 

LA SOMBRA                      ¡ Aquí a la orillita del camino ! Acércate con cuidao. No me vayai a  pisar.

 

PEDRO                                      Sigue haulando. Dime quién eres ¿ Un duende  ? ¿ Un brujo ? ¿ Un ánima en pena ?

 

LA SOMBRA                      Yo soy la Luisa Matías, la meica mah afama'a. El diablo me dió el saber y el poder de adivinar. Pero, me engañó el maldito porque mientras mah grande es mi  sabiduría, yo me güelvo pura sombra. Pero te puedo ayudar. Yo sé que tienes un duelo con el diablo. Llévame contigo. Yo seré tu sombra y, como sombra te soplaré las respuestas a las adivinanzas del diablo.

 

PEDRO                                      Me parece bien y de camino me contarás to'a tu historia.

 

Salen Pedro y la Lucha Matías como su sombra

 

 

PUETA

 

Y siguieron su camino con dos voces, con dos cabezas, con dos cuerpos y sólo con dos piernas caminando, hasta llegar a Talagante. Ahí estaba el diablo rodeado de gente,  comprando almas a cambio de todas las cosas que la gente quiere.

 

 

EL DIABLO                        ¡ Quién quiere ser rico ! ¡ Quién quiere  ser joven ! ¡ Quien quiere ser bello ! ¡ Ofertas ! ¡ Ofertas ! ¡ Gran liquidación de temporada ! ¡ Cambie esa pobre alma que no le sirve para nada, por lo que más quiera ! ¡ Sea rico, sea bello, sea joven ! ¡ Ultimos días, grandes ofertas ! ¡ Aprovechar, aprovechar que el mundo se va a acabar !  ( Se interrumpe al ver aparecer a Pedro ) ¡ Se cierra el negocio por hoy ! ¡ Que esta alma me interesa más que todas ! ¡ Pasa adelante Pedro Urdemales ! ¿Qué se te ofrece?  ¿Quiéres ser rico?

 

PEDRO                                      La riqueza pa' loh ricoh y pa'lo que leh dure la vi'a.

 

EL DIABLO                        ¿ Quiéres ser joven ?

 

PEDRO                                      La   vi'a es un camino pa'andarlo y no pa'quearse parao. Dios dió al hombre suh edadeh y a ca'a edah dió suh frutoh. Al niño descubrir lo nue'o. Al joven desparramar primaverah. Al hombre el tra'ajo creador. Y al viejo la sabiduría. Toy bien con loh añoh que tengo y con loh que voy a tener.

 

EL DIABLO                        ¿ Quiéres ser bello ?

 

PEDRO                                      La belleza se hace polvo y el rosa'o 'e lah mejillah, escuridá eh allá a'onde to'oh noh vamoh.

 

EL DIABLO                        ¿ Quiéres poder ? ¿ Ser presidente o ser rey?

 

PEDRO                                      El poder eh una jaula y a mí me gusta andar por la vi'a y conocer a la gente.

 

EL DIABLO                        ¿ Qué es lo quieres entonces ?

 

PEDRO                                      Tú me citaste a un duelo y a eso vengo.

 

EL DIABLO                        ¿ Y no quieres nada a cambio ?

 

PEDRO                                      Tú quieres mi alma. Yo no quiero la tuya. Pero si llego a ganar tendrás que hacer lo que yo diga.

 

EL DIABLO                        Está bien. Te diré seis adivinanzas que tendrás que adivinar. Y si no las adivinas con tu alma pagarás.

 

PEDRO                                      Yo te diré una sola. Esa sola ha de bastar. Y si no me la adivinas, lo que yo diga tú harás.

 

EL DIABLO                                 ¡ Abran cancha desgraciados

para que puedan contar

como Urdemales quemado

al infierno va a parar !

Por  aquí va la primera

que no podrás contestar.

" Está en el camino

y es como el camino ".

 

Pedro repite la adivinanza y escucha la voz de la Lucha Matias que le da la respuesta.

 

PEDRO                                      " Está en el camino y es como el camino "

 

LA SOMBRA                      Aunque sea por desdicha, tengo que nombrar la bicha.

 

PEDRO                                               Aunque sea por desdicha,

tengo que nombrar la bicha.

 

EL DIABLO                                 No sé cómo tú lo hiciste

que el dilema resolviste.

La segunda ya te digo,

delante de estos testigos:

" Aunque se ve muy corta

el largo camino  acorta".

 

PEDRO                                      ( Igual que antes )

" Aunque se ve muy corta,el largo camino acorta"

 

LA SOMBRA                               Es que una rana saltando, va su camino acortando.

 

PEDRO                                               " Es que una rana saltando,

va su camino acortando ".

 

EL DIABLO                                 La tercera adivinar

jamás lo podrás lograr:

" Es fuego o es nieve

que entre lo verde se mueve".

 

PEDRO                                               " Es fuego o es nieve que entre lo verde se mueve ".

 

LA SOMBRA                               Será el copihue cautivo, que en el bosque cuelga altivo.

 

PEDRO                                               " Será el copihue cautivo

que en el bosque cuelga altivo ".

 

EL DIABLO                                 " Golpea el pellín

y saca aserrín ".

 

LA SOMBRA                               El pájaro carpintero

que hasta al pellín deja huero.

 

PEDRO                                               " El pájaro carpintero

que hasta al pellín deja huero ".

 

EL DIABLO                                 Nunca en la vida, jamás,

la quinta adivinarás.

" Avanzando habla y golpea

a quien oiga y a quien vea ".

 

PEDRO                                               " Avanzando habla y golpea

a quien oiga y a quien vea ".

 

LA SOMBRA                               " Pelalá, pelalá dice el cagüello

galopando estira'o el cuello "

 

PEDRO                              " Pelalá, pelalá dice el cagüello

galopando estira'o el cuello "

 

EL DIABLO                                 Aunque no queda más que una

y ya cinco adivinaste

no valdrá nada ninguna

si la sexta equivocaste.

Y como es esta imposible

que adivines, lo terrible

será Pedro que tu alma

ya jamás estará en calma.

Escucha bien que ya hablo.

El sexto enigma del diablo:

" Habrá quién a éste nombre,

que hasta es más malo que el hombre ".

 

PEDRO                                               "Habrá quién a éste nombre,

que hasta es más malo que el hombre".

 

LA SOMBRA                               " Ese sólo puede ser don Sata,

que tiene de cabra lah patah ".

 

PEDRO                                               "Ese sólo puede ser don Sata,

que tiene de cabra lah patah".

 

EL DIABLO                                 Te has salvado hasta el momento

y te toca preguntar.

Todo oscuro pensamiento

del hombre sé adivinar.

 

PEDRO                                               (A la Lucha Matías )

¿Qué le puedo preguntar

que no pueda contestar ?

 

LA SOMBRA                               Pregúntale este acertijo

que un santo una vez me dijo:

" Una manzana me dieron,

bonita, pero emprestá.

Cinco me dieron con ella

y diez para que guardara ".

 

PEDRO                                               " Una manzana me dieron,

bonita, pero emprestá.

Cinco me dieron con ella

y diez para que guardara ".

 

EL DIABLO                                 ¿ Cómo dice que dijiste ?

La adivinanza enrredá...

No hay solución a ese enigma

¿ No hay solución, no  es verdá ?

 

PEDRO                                               "Una manzana me dieron,

bonita, pero emprestá.

Cinco me dieron con ella

y diez para que guardara".

Adivina, güen adivinador

O te das ya por vencido...

 

EL DIABLO                                 Todavía no he perdido.

Tienes que dar solución.

 

PEDRO                                               ¿Te rindes, Diablo ?

 

EL DIABLO                                                                         Me rindo.

Dame la solución

Y si es  correcta podrás

declararme perdedor.

 

PEDRO Y LA SOMBRA                  UNA MANZANA ME DIERON

BONITA PERO EMPRESTA

CINCO ME DIERON CON ELLA

Y DIEZ PARA QUE GUARDARA

 

LA SOMBRA                               De la oscuridá a la luz

vinimos todos al mundo

llegamos de lo profundo

igual que el señor Jesús

todos cargamos la cruz

porque al mundo me trajeron

mis dos paires que sufrieron

pa' darme canto y salú

y junto con la virtú

TODOS                                               UNA MANZANA ME DIERON.

 

PEDRO                                               Esa manzana es la vida

con su risa y con su llanto

con el amor como un manto

y el dolor de las heridas

vive vida bien vivida

que ya nunca volverá

que ella es sólo una es verdá

y endiai te espera la muerte

porque es la vida por suertes

TODOS                                               BONITA PERO EMPRESTA.

 

LA SOMBRA                               Y pa'hacer recto el camino

pa'mirar lo más bonito

pa'escuchar los pajaritos

pa'gustar el pan y el vino

pa'oler el bosque de pino

pa'tocar la piel más bella

pa'no perderse en la huella

en esta vida  -no asombre-

de los sentidos del hombre

TODOS                                               CINCO ME DIERON CON ELLA.

 

PEDRO                                               Amar al Padre primero

luego a tu prójimo amar

el Día santificar

los padres son dos luceros

no ser malo ni matrero

ser recto como una vara

pa'que Moisés los grabara

le dio Dios diez mandamientos

diez cuidados pensamientos

TODOS                                               Y DIEZ PARA QUE GUARDARA.

 

 

 

PEDRO                                               Es muy fácil pa'un cristiano

y es imposible pa'l diablo.

Escucha tú y escuchen to'oh. La manzana es la vida. Que es bonita pero emprestá, porque el Señor nos la dió y El nos la quitará. Los cinco son los sentidos y los diez los mandamientos, que ambos nos dió el Señor pa'ir por la vida rectamente. Y ahora, diablo, harás lo que yo te diga. Y es lo siguiente: Primero, volverás a la Lucha Matías a su tamaño original; Y, segundo, te irás de esta tierra pa'no volver nunca mah.

 

EL DIABLO                        ¡ Ahora entiendo ! ¡ Me engañaste coludí'o con la vieja.

 

PEDRO                                      Tarde te diste cuenta. Pa'ser diablo eres poco diablo. A cumplir lo premetido.

 

 

El Diablo devuelve sus colores a la Lucha Matías.

 

PEDRO                                      Y ahora, diablo, te juiste, con la cola entre las piernas. Y no te quiero ver mah, engañando a estos tontorrones. ()

 

DIABLO                            (El Diablo yéndose con la cola entre las piernas  y amenazando a Pedro ) Aprovecha  bien tu vida, porque ya llegarás al infierno. Ahí te estaré esperando con un buen aceite hirviendo.

 

PEDRO                                      ¡Ya, te juiste de una veh ! ( Dirigiendose a la gente ). Y ustedes, pidan salú al Señor y no riqueza al diablo. Hagan derecho su camino y gocen su vi'a con alegría.

 

 

 

 

PUETA

 

Y Pedro  se jué al camino

tal cual era su destino..

Y aunque habló de corazón

no enderezó su razón.

Si alguno una vez lo ve

tengan presente que él eh

del pueblo un tipo queri'o

un gran pillo, un güen bandío,

una leyenda y un sueño

del que to'os somoh dueñoh.

Guardémohlo con cariño

en esa almita de niño

que to'oh llevamoh dentro

y nos llena de contento.

 

 

 

PEDRO URDEMALES EN EL CIELO

 

Canto a lo divino en tres cuadros

 

Personajes

 

El Pueta

San Pedro

Ángeles Guardianes

Pedro Urdemales

El Diablo

La Madre de Pedro

 

 

CUADRO I

 

A las puertas del cielo. Llevarán éstas representadas las almas de las animitas de los caminos, angelitos en sus sillas y los santos chilenos, sean o no canonizados. Mientras el poeta toca los primeros arpegios introductorios del canto, las puertas se abren para dejar salir al Portero del Cielo, enorme como la presencia del pescador de almas en la imaginación popular.

 

PUETA

(El pueta representa al pueblo, cuya ubérrima imaginación hizo propio a este personaje nacido en España como Pedro de Urdemalas. Tendrá entonces nuestro pueta guitarrón y recia voz para salmodiar este cuento y canto a lo divino.)

 

 

Cuéntase que tantos cuentan

que Urdemales llegó al cielo

y hayándose frente al Santo

se caló bien el sombrero,

puso trazas de humildad

y a su tocayo, San Pedro,

habló con estas palabras

de malo pasa'o a güeno.

 

PEDRO                             (Apareciendo humildemente con el sombrero en la mano y un cacho terciado en bandolera.)

 

San Pedrito celestial,

de lo más grande el portero,

déjeme luego pasar

a remojar el guargüero.

 

SAN PEDRO                      Dime tu gracia, buen hombre,

que miraré en mi ropero,

donde tengo guardaditos

los pecados del primero

y del último cristiano.

Luego, entrarás ligero.

 

PEDRO                             Su tocayo soy por gracia:

Pedro de pila me apelo.

 

SAN PEDRO                      Y tu apellido, buen hombre,

que tengo que conocerlo.

 

PEDRO                             Es apellido muuuuy largo.

Lo olvidé toitito entero.

 

SAN PEDRO                      ¿ No serís un hombre moro ?

 

PEDRO                             ¿ Cómo puede decir eso...?

 

SAN PEDRO                      Es que sin el apellido,

no pasarás el arnero.

Y si no pasas por a'i

jamás entrarás al cielo.

 

PEDRO                             Este que... por acordarme,

ya me está humiando el celebro.

 

SAN PEDRO                      Pújale que te puja.

Ya sabrás que no es recelo.

Porque, lo escrito, 'tá escrito

y vale pa'l mundo entero.

Nadie pasó por la puerta

si no demuestra primero,

en los registros escritos,

que en la tierra fue hombre güeno.

 

PEDRO                             En la punta de la lengua

mi apellido ya lo tengo.

Pasemos, con una chichita

apuesto que bien me acuerdo.

(Muestra su cacho de chicha )

Traje el cacho prepara'o

pa' darle un beso muy fresco.

 

SAN PEDRO                      Pare, gancho. Se me antoja

que tiene algo que no veo,

pero por tanta jarana,

me tinca que no es na' güeno.

Suelte ya la pepa, iñor,

que no pasará si no quiero.

 

PEDRO                             Está bien, güen San Pedrito...

gluglaglita, me pusieron.

 

SAN PEDRO                      ¿ Cómo dices ? No te entiendo,

me he puesto sordo de viejo.

 

PEDRO                             Tlutlaplipla...

 

SAN PEDRO                                                  Habla fuerte.

 

PEDRO                             Clublumaglu...

 

SAN PEDRO                                                  Habla claro.

 

PEDRO                             Chumbipapa...

 

SAN PEDRO                                                  No te entiendo.

 

PEDRO                             Urdeloyo...

 

SAN PEDRO                                                  Será burla.

Habla claro y halagüeño,

que, si te quieres reír,

te hundirás en el infierno.

Las cosas enrevesadas

no son asuntos del cielo.

 

PEDRO                             No se enoje puh, tocayo.

Urdemales me pusieron.

 

SAN PEDRO                      ¡ Urdemales ! ¡ Urdemales !

Esto es mucho atrevimiento.

Vete ya de aquí, carajo,

que nunca entrarás al cielo.

Anda a ver a Lucifer,

que tendrá güen compañero.

Andate luego, falsario,

que verte otra vez no quiero.

 

PEDRO                             Pero, 'on Pedro, pienselá,

no haga caso de los cuentos.

 

SAN PEDRO                      ¡ Andate luego, gallito !

Que si no, un ángel fiero

te quemará con su espada,

que es como el viento hecho fuego.

 

(Aparece un ángel de flamígera espada y Pedro se retira apesadumbrado.)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CUADRO II

 

A las puertas del infierno. Entre las carocoleantes llamas que la cubren, se ven los círculos del infierno chileno:uno representará el invunchismo; otro, el chaqueteo; habrá uno para los políticos y otro para los feroces personajillos de la televisión criolla. El diablo grita alborozado dirigiéndose al público como si éste fuera su clientela.

 

PUETA

 

Cuéntase que todos cuentan,

que partió Pedro del cielo.

Como la huella es bajá,

lueguito llegó al infierno.

El diablo estaba cansa'o

de tanto hacerle al ingreso.

 

EL DIABLO                        Pásenlos luego pa´dentro.

Éntrense luego al infierno.

Todos, toditos ustedeh

Pásense luego pa´l fuego.

 

PEDRO                             (Socarronamente y como recordando al diablo que en la tierra lo engañó.)

Güenas tardes tenga usté,

mi güen amigo, don Sata.

 

EL DIABLO                        ¡ Que no es el Pedro Urdemales !

Por fin llegaste al infierno,

ahora verás canela

en cuanto te tenga preso.

 

PEDRO                             Eso será si eríh capi

de meterme al agujero.

 

EL DIABLO                        No teníh güelta, ganchito,

métete pronto al fuego.

En la tierra me engañaste,

pero aquí no vale pleito.

Yo aquí soy el dueño 'e casa

y ya te verás hirviendo

en un perol con aceite

y en di'ai estaré contento.

 

PEDRO                             Vos de diablo no teníh

más que la fama y el pelo.

En esta cueca veremos

quién es el que entra pa' dentro.

 

EL DIABLO                        Con mi cola y con mis cachos

te cortaré tu pañuelo.

 

PEDRO                             Con este cacho de güey

yo te abriré otro agujero

 

CUECA DEL INFIERNO

(Pedro y el diablo bailan una animada cueca que es a la vez danza y contienda. Pedro usa su cacho como pañuelo y el diablo su cola.)

 

EL DIABLO                        Entra ya pa'l infierno

Pedro Urdemales

a vivir con los diablos

tales por cuales.

Tales por cuales sí,

a tí te digo

que parece que te haces

desentendido.

 

PEDRO                             Diablo, te voy a hacer

otro agujero

con este cacho 'e toro

que jué soltero.

Que jué soltero sí,

ya te lo hice.

Húndete, Diablo, antes

que te destripe.

¡ Güelta !

 

EL DIABLO                        Has fallado en el lance,

huaso matrero,

y en olla de aceite hirviendo,

te frío entero.

Te frío entero sí,

a ti y tus trampas

y después te manduco

con pelo y champa.

 

PEDRO                             Si fallé en la primera

y en la segunda,

en tercera, Urdemales,

no falla nunca.

No falla nunca sí,

hecho cochecho,

te estoy rajando entero

como barbecho.

 

(El Diablo, pinchado por el cacho de Pedro, se hunde en el infierno.)

 

Aro, aro, aro,

pájaro raro.

Te juiste pa' tu morada,

no quedó nada.

Juiste a juntarte, Sata,

con tu diablada.

 

 

PUETA

 

Entre las dos estaciones

en que termina el ramal,

de esta ví'a que es un tren,

se quedó Pedro sin casa.

En esas altas esferas

el frío muy fuerte ataca

y pa'l frío de la muerte

no vale prender fogatas.

Así es que diente con diente

Urdemales tiritaba

y con la lengua hecha hielo

su mal vivir lamentaba.

 

 

PEDRO                             De qué me sirven agora

to'as esas picardías,

si de la chuica al guargüero

me tomé to'a mi vi'a.

To'a promesa que hice

la olvidé al clarear el día.

 

PUETA                             Y camina que lamenta

seguía su caminata.

Siempre será cuesta arriba

andar pa'l que tiene ganas.

Pero, al fin llegó a las puertas,

y a ellas con miedo llama.

 

 

 

CUADRO III

 

Las puertas del cielo.

 

Pedro llama a las puertas del cielo. Sale San Pedro.

 

PEDRO                             ¡ Tú de nuevo por aquí !

No te dije que quería

verte luego en el infierno

siendo del Malo visita.

 

PEDRO                             Pues, pasó que pa'llá juí,

pero don Sata no quiso

recebirme en sus mansiones

y se jué dando alaridos.

 

SAN PEDRO                      Ay, cómo serís de malo,

que a vos ni el Diablo te quiso.

Con vos no hay ná que hacer,

te vai' a que'ar en vilo,

que por tus grandes pecados

no te puedo dar abrigo.

 

PEDRO                             Ya sé que'i si'o muy malo,

lo reconozco yo mismo.

Si no pue'o entrar a gloria

abra la puerta... y yo miro.

En di'ai que'aré flotando

al la'o de ese  lucero.

Pero no me deje así,

sin siquiera ver el cielo

más que por la rendijita.

Diga que sí, sea güeno.

 

SAN PEDRO                      Mira Pedro, lo que pides

a mí no me es permitido.

Pero, por ser vos quien soih

te voy a abrir un poquito.

Pero después... no respondo.

Tenís que mudarte a otro sitio.

 

PEDRO                             Así lo haré. Muchas graciah,

mi güeno de don Pedrito.

 

 

PUETA

 

(Hacen lo que el texto va diciendo.)

 

Y el Santo Varón abrió

las puertas muy despacito

y Pedro, como una liebre,

se quiso meter al tiro.

Cerró el Portero la puerta

dejando agarrado al pillo.

Quedó a'entro la cabeza,

los brazos y el colidrillo.

Ajuera que'aron los pieces

y otras partes... que no digo.

Le entró la rabia a San Pedro.

Luego la risa y el hipo.

Pero entonces se escuchó

la voz del mesmo Divino,

entre una música azul

que encantaba los oídos,

como si un guitarrón de oro

hiciera cantar los ríos.

Les pido todo el silencio,

escuchen lo que le dijo:

 

VOZ DEL SEÑOR

(Los personajes se arrodillan al escuchar la voz celestial.)

 

Pedro Urdemales, muy malo

toda tu vida tú has sido,

pero Yo soy la Justicia

y quiero poner en juicio

en esta balanza fiel

tus leyendas y entredichos.

 

(Los ángeles traen una gran balanza.)

 

PUETA

 

Y empezaron a caer

a este lado los pecados,

las malicias, borracheras,

los robos y los engaños.

Un plato tocaba el piso,

el otro estaba muy alto.

Ya ven que todo lo malo

se cayó por este lado.

 

SAN PEDRO                      Tus pecados son retantos.

Ya lo vih, toca... no hay caso.

 

PEDRO                             Yo quisiera recordar

alguna acción bondadosa,

pero la pienso y repienso

y no encuentro ni una cosa.

 

SAN PEDRO                      Ya vih que la mala fama

se corre de boca en boca.

 

PEDRO                             Una vez tuve una novia...

 

SAN PEDRO                      Que por ti se volvió loca

y tú a cambio le pagaste

dejándola triste y sola.

 

PEDRO                             A un asado yo invité

a la gente de la pobla...

 

SAN PEDRO                      Tú te comiste la carne

y les diste puras sobras.

 

PEDRO                             Como todos, tuve madre.

Y una vez corté una rosa

para ella.

 

SAN PEDRO                                            Quizás dónde...

 

MADRE DE PEDRO    (Apareciendo revestida de una gran pureza.)

Señor, demora tu fallo.

 

SAN PEDRO                      Quién interrumpe a esta corte

y a la justicia demora.

 

MADRE DE PEDRO              Yo soy la madre de Pedro

y hasta su juicio he llegado

para decir de una rosa

que nunca se ha marchitado.

Hasta el cielo la he traído

para equilibrar lo malo.

Pido la venia del Justo

para ponerla en el plato.

 

(Deposita la rosa en el platillo de las buenas acciones, que sube un poco.)

 

SAN PEDRO                      Tan pícaro no ha de ser

si la rosa ha perdurado.

Y sin embargo, no basta

para borrar sus pecados.

 

PUETA                             (Adelantándose, con el libro de los cuentos de Pedro Urdemales en la mano.)

Yo también quisiera hablar

en nombre del desvalido,

que en la tierra ser un pobre

parece fuera delito.

Es cierto, Pedro engañaba

y tiene fama de pillo,

pero hacía sus malicias

siempre a costillas del rico.

Jamás engañó a los pobres.

Sus leyendas son testigo

y es por eso que las pongo

en este leve platillo.

 

(Pone el libro junto a la rosa. La balanza queda en perfecto equilibrio.)

 

SAN PEDRO                      Quedamos igual pascual,

la balanza en equilibrio.

Y en este caso tan raro,

haré justicia yo mismo.

Podrás, Pedro entrar al cielo...

 

(Pedro se quiere meter como celaje. San Pedro lo agarra de los fundillos.)

 

No tan rápido, gallito,

que te agarré los fundillos.

Un momento. No estás listo.

Te falta la penitencia

que te impondré ahora mismo.

Grano a grano has de pasar

cien mil almudes de trigo

de las cestas a los sacos

pa' llevarlos al molino.

Los molerás, uno a uno,

con el molido más fino

y con la harina obtenida

se harán las hostias de oficio.

PUETA

 

Cuéntase que todos cuentan

que Pedro cumplió el pedido.

Un ángel lo vigilaba

con ojos de mirar fijo.

Una vez echó un puñado,

mas fue luego sorprendido

y como castigo tuvo

que contar desde el principio.

 

(El ángel guardián, tirándole una oreja, obliga a Pedro a deshacer su tarea y volver a empezar.)

 

Yo no sé si habrá acabado

de moler, grano por grano,

los cien mil almudes justo

con los que fue castigado.

Lo que sé es que bien acaba

la historia de este hombre malo.

Gloria al Padre, gloria al Hijo,

gloria al Espíritu Santo.

 

 

 

 

 

 

                                               FIN DE PEDRO URDEMALES

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *