PRESENTACIÓN
Aquí estamos hoy los dos,
la cuenta y el cuenta cuentos
para contar cuatro cuentos:
uno de un dragón feroz;
otro de mono lector;
otro de una esfera bella;
y, el primero, con amor,
que es de niña con estrellas.
UNO
LA CONTADORA DE ESTRELLAS
CUENTA CUENTOS Había una vez una niña,
que Estrellita se llamaba,
que quería las estrellas
una por una contarlas.
ESTRELLITA Yo quiero contar estrellas
una a una, pero, todas:
y son tantas y tan bellas,
que la cuenta se me pierde
antes de contar cincuenta.
CUENTA CUENTOS Cincuenta, claro, sin… cuenta
ESTRELLITA Quizás me preste la araña
para atraparlas su tela
¡Araña, señora araña!
Arañita tejedora,
con tus patas de palillo
¿Me prestarás tu telar
para atrapar y contar
una a una a las estrellas?
ARAÑITA Ay, niña lo que me pides
no es posible, que es inmensa
la sombrilla de la noche
y muy chiquita mi tela.
Yo apenas atrapo moscas
y otros insectos dañinos
y es por eso que me quieren
y me cuidan los vecinos.
En cambio los niños malos
me pisan con desatino,
sin saber que hay sólo una
araña que pica niños.
Intervención del cuenta cuentos quien explica a los niños que hay que cuidar las arañitas y que sólo es peligrosa la del rincón.
ESTRELLITA No pudo la arañita
ayudarme a contar
las estrellas una a una.
¿Quién me podrá ayudar?
Quizás pueda ser un pájaro
que volando me las cuente.
Esperaré que alguno
sea un pájaro paciente… (Aparece el Pájaro loco)
¿Señor pájaro que vuela
por esta noche celeste,
puedo pedir que una a una
usted las estrellas cuente?
PÁJARO LOCO Yo soy el pájaro loco
vuelo un poco y otro poco;
En una rama me poso,
vuelo a otra sin reposo.
Yo soy el pájaro loco
el que tiene malo el coco.
Me pareció que me hablaban…
(A los niños) ¿Oyeron ustedes algo?
(Juego con los niños)
¿Quién me habla? ¿Quién me habla?
ESTRELLITA Yo, señor pájaro loco…
PÁJARO LOCO Yo, yo ¿quién es yo? yo, yo.
Si yo hablo, entonces yo
me estoy hablando a mí mismo,
y como es cosa de locos
hablar yo con uno mismo
puedo decir que, sin duda,
yo soy el pájaro loco,
el que tiene malo el coco.
ESTRELLITA No, señor pájaro loco,
que soy yo, yo, la Estrellita.
PÁJARO LOCO Ah, eres tú. Entonces debes,
cuando pregunto quien habla,
decir “tú” ¿me has entendido?
ESTRELLITA Sí, señor pájaro loco…
PÁJARO LOCO Muy bien. Entonces pregunto:
¿Quien es la que me habla a mí?
ESTRELLITA Tú, señor pájaro loco…
PÁJARO LOCO ¿Cómo es? Si tú dices tú,
entonces, es que sin duda,
que soy yo el quien me habla.
Y entonces igual quedamos
al final que al principio,
cuando dije que yo soy,
sin duda, el pájaro loco.
ESTRELLITA Ay niños me va a volver
de verdad loca este pájaro.
¡Les pido que, por favor,
les expliquen que yo soy yo
y que él el pájaro loco!
Juego con los niños
PÁJARO LOCO ¡Está bien! Si ya entendí
muy claro que yo soy yo
y ella es el pájaro loco
¿Ah, no, ah no, ah no, no?
Que soy yo entonces el loco
y ella es el pájaro tú…
Que eres yo tú el pájaro.
Que soy tú el pájaro yo…
Todo está muy alocado
mejor me voy a otro lado,
porque me convertiré
en un pajarillo cuerdo
y yo quiero ser por siempre:
el pájaro loco, loco,
el que tiene malo el coco.
Repite el juego con los niños y se va.
ESTRELLITA ¿Cómo podré yo contar
las estrellas una a una
si antes de llevar cincuenta
la cabeza me da vueltas?
Quizás una margarita
pueda prestarme sus pétalos…
Margarita, flor del aire
que tienes de luna pétalos
y el corazón amarillo
como de sol en el cielo
¿Puedes prestarme tus pétalos
para que pueda arrancarlos
mientras cuento las estrellas?
Así no se perderá
mi cuenta pasando el blanco
ábaco de tu corona.
MARGARITA ¿Y cómo quedaré yo
sin mi vestidito blanco?
No podré alegrar la vista
de los niños por los campos.
ESTRELLITA Tienes razón, Margarita.
alegra con tu vestido
de mordisquitos de luna
los jardines de los niños,
que ya encontraré manera
de contar a las estrellas.
Entra rodando, riendo y volando el hada Gisela, la del pelo carmesí.
GISELA Yo soy el hada Gisela
la que rueda, ríe y vuela.
Yo soy el hada Gisela,
la del pelo carmesí
y traigo para alegrarte
este ramito de estrellas.
No podrás nunca contar
los luceros de la noche,
porque entre todos son más
que las arenas del mar,
que los mosquitos del mundo,
que los granitos de sal.
Yo soy el hada Gisela
la que rueda, ríe y vuela.
Yo soy el hada Gisela
la del pelo carmesí
y traigo para alegrarte
este ramito de estrellas.
No importa si no son muchas
pero son sólo de ti.
Que ¿para qué quieres miles?
Que es mejor querer así:
a poquitas, pero tuyas.
Y me voy volando rápido
con mi pelo carmesí,
que debe haber otros niños
que necesiten de mí.
A todos quienes hicieron
algo bueno en este día
les llevaré un regalo
que se les haga sentir
aquí, en el medio del pecho,
con un muy dulce latir.
Yo soy el hada Gisela
la que rueda, ríe y vuela.
Yo soy el hada Gisela
la del pelo carmesí.
Te dejo para alegrarte
este ramito de estrellas.
Se va rodando, riendo y volando.
CUENTA CUENTOS Y fue así como Estrellita
pudo tener sus estrellas
y en las noches las miraba
para ponerse contenta.
Y pasó casi volando
el cuento, sin darnos cuenta,
de Estrellita y las estrellas.
Volando se zambulló
en un zapatito roto
que, en apenas un momento,
les contaremos otro.
DOS
SIRA Y EL MONO FEDERICO
SIRA No quiero leer este libro
porque se me llenará
con las letras la cabeza
y ¡pum! se reventará.
PAPÁ ¿Leíste tu libro, Sira?
SIRA ¿Yo leer? Eso jamás,
porque se me llenará
con las letras la cabeza
y ¡pum! se reventará.
PAPÁ ¿Pero que tonteras dices?
Si no fuera tu papá
me moriría de risa
y no podría parar. (o me pondría a llorar)
SIRA Eres un papá malo
no me sacas a pasear;
quieres que lea y lea
día y noche sin parar.
PAPÁ ¿Cómo dices tales cosas?
Si no has leído jamás
ningún libro por completo
y una batalla campal
tenemos para que un libro
puedas ¡siquiera! empezar.
SIRA Es que tengo mucho miedo
porque se me llenará
con las letras la cabeza
y ¡pum! se reventará.
PAPÁ ¡Ya basta de esas historias!
No me hagas enojar,
que si tú no lees nunca
de burra terminarás.
SIRA Esta bien. Yo leeré….
PAPÁ ¡Cómo me voy a alegrar!
SIRA Pero antes de abrir mi libro
quiero salir a pasear…
PAPÁ Y del libro no acordarte
ni ahora ni nunca más…
SIRA ¡Ay papito, leeré
y te lo voy a jurar,
jurar por lo que más quiero:
por mi papá y mi mamá.
¿Puedo salir un ratito
al aire libre a jugar?
PAPÁ Pero hay una condición:
que luego regresarás
y tu librito de cuentos
sin regañar leerás.
SIRA ¡Gracias! Regresaré luego.
Eres el mejor papá
de todo el mundo y el cielo
¡Te daré mil besos más!
PAPÁ Basta, basta, aduladora.
No te puedes demorar.
Recuerda bien tu promesa
de leer al regresar,
que yo seré muy severo
si la llegas a olvidar.
Sira sale a pasear. Se encuentra con una cuncuna, una mariposa, etc.…
Aparece Federico, abstraído en su lectura.
SIRA ¿Qué está haciendo ese mono?
Parece que lee un libro…
Federico se ríe, entretenidísimo con la lectura. Federico va haciendo lo que Sira va diciendo en el texto
Se ríe que cosa rara
le parece divertido.
Y ahora salta de gusto
¿Qué puede haber sucedido?
Y ahora abre los ojos
parece muy sorprendido
Y ahora está tiritando
parece que tiene miedo.
Y ahora se va de espaldas
¿Se enojará si le pido
que me cuente lo que pasa?
Oiga, señor mono mico
¿Qué le causa tanta gracia?
No me responde este mono
parece muy abstraído.
Oiga usted, mi señor mono,
no sea mal educado,
responda cuando le hablan…
…sigue el mono ensimismado.
Tengo que usar una táctica
con este mono porfiado.
Dicen que gustan del baile
los monos desordenados
Le bailaré un valsecito
un valsecito valseado
(Baila. Federico no le da bola).
No le gustó mi baile
a este mono tarado.
Otros dicen que los monos
se colocan colorados
si uno les dice insolencias:
a lo mejor asustado…
¿Saben decir insolencias?
(Juego con los niños)
Yo hay una sola que sé…
¡No se las voy a decir!
Se las digo despacito:
¡popó cacuca pipí!
(Juego con los niños).
No hay caso con este mono
(Federico sigue “actuando” su lectura).
Tendré entonces que acudir
a medidas más extremas:
(Grita progresivamente)
¡Oiga don mono tití! (Federico se asusta)
FEDERICO ¡Qué susto! ¿Quién grita así?
Te volviste loca niña
Del miedo casi morí.
SIRA Perdone usted, señor mono,
es que al final me aburrí
de llamarlo de buen modo.
FEDERICO Está bien ¿quién eres tú?
SIRA Me llamo Sira ¿Y usted?
FEDERICO Yo soy el mono Federico.
Soy sabio porque aprendí
en los libros muchas cosas.
Bueno ¿Qué quieres de mí?
SIRA Yo quiero saber por qué
tan entretenido estaba
si sólo leía un libro
¡una soberana lata!
FEDERICO Para quien no gusta leer,
le parecerán una lata.
Los que gozamos leyendo
conocemos que no hay nada
comparable a leer cuentos
escritos en hojas blancas
con aventuras, lugares
muy distantes y lejanas
tierras. Con reyes y príncipes
maravillosos y claras
princesas cuya hermosura
existe sólo en las páginas
de los libros. Y así un libro,
esa flor de hojas blancas
no es un libro, sino un mundo;
de maravillas la casa,
de contento y poesía
que nunca jamás se acaba.
Los libros son pan y leche
con los que alimentarás
tu imaginación fecunda,
tu saber, tus sueños más
hermosos, los bellos cuentos.
Aprenderás la bondad,
las cosas más importantes
de la vida y sociedad
de la ciencia y la cultura
y de todo lo demás.
A mí me da mucha pena
los que a los libros no aman;
es como no ver estrellas
como a la luna ignorarla.
SIRA (Se ha quedado dormida)
¡No, no me quiero perder
esos mundos tan hermosos
Leeré, leeré siempre
¡Sí, sí, siempre leeré!
PAPÁ (Despertándola)
¡Sira, Sira, ya, despierta!
Tienes una pesadilla.
Qué has soñado niña Sira
que parece que deliras.
SIRA He soñado con un mono
que se llama Federico
y entonces yo me perdía
mil mundos de maravilla…
¿Dónde está mi libro? ¿Dónde,
dónde he dejado mi libro?
PAPÁ ¿Y qué bicho le ha picado?
CUENTACUENTAS Y así fue que leyó libros
esta niña tan porfiada,
olvidándose que ¡pum!
la cabeza le estallaba.
Y no olvidó a Federico
el mono sabio que andaba
con un libro bajo el brazo
y que sabio se mostraba
Y esta historia pasará por un gordo zapatón
que tiene rota la suela y tiene roto el talón
que el cuento que viene ahora
es un cuento de un dragón.
TRES
EL DRAGÓN FLORINDO
GALLINITA: Yo me llamo Francolina
soy la más linda gallina
huevos blancos pongo yo,
clocló clocló.
Para que nazca un pollito
pequeño y amarillito
un huevo azul pongo yo
clocló clocló.
y luego el DRAGÓN FLORINDO
DRAGÓN: Yo soy el dragón Florindo
y yo creo que soy lindo.
Saludaré a esa dama
que pasea tan galana.
¿Cómo le va a usted hermosa
doña gallina chinchosa?
Al hablar el dragón echa fuego
GALLINITA Ay, por Dios, que mala peste
mejor me escapo de este…
Lagarto, lagartijón…
con cuero verde limón…
Huye. Florindo ya no está tan seguro de ser lindo
DRAGÓN: Yo soy el dragón Florindo
y yo creo que soy lindo,
aunque no estoy tan seguro…
Aparece Pancho el cordero
PANCHO Yo soy el cordero Pancho
y es mi vellón el más blanco;
con mi lana se hacen trajes
las niñas de estos parajes.
DRAGÓN: Yo soy el dragón Florindo
y yo creo que soy lindo
Oye cordero, te digo
¿Tú quisieras ser mi amigo?
PANCHO Caramba que mal olor
de aquí me largo, mejor
¡Qué feas esas verrugas
y la cola con arrugas!
Huye. Florindo ya no está nada seguro de ser lindo
DRAGÓN: Yo soy el dragón Florindo
y yo creo que soy lindo,
aunque estoy menos seguro…
Aparece la vaca Clara
CLARA Yo soy Clara la vaquita
y doy leche con cremita
y con ella se hace queso
mantequilla y todo eso.
DRAGÓN: Yo soy el dragón Florindo
y yo creo que soy lindo.
¿Vaquita Clara quisieras
ser mi amiga verdadera?
CLARA Uy ¡Qué dragón echa fuego!
¡De este lugar me voy luego!
Huye. Florindo ya está seguro de no ser lindo
DRAGÓN: (Haciendo pucheritos) Yo soy el dragón Florindo
y yo creo que soy lindo,
pero dicen que soy feo.
En mi espejito me veo
como un dragón elegante,
pero dicen los cargantes
que parezco lagartija
con verrugas y gigante.
Que tengo lengua de lija
y espinosas las verijas
y el aliento como fuego.
Nadie me quiere, luego
yo tampoco querré a ni uno
y tomaré un desayuno
comiéndome esa gallina
que se llama Francolina.
GALLINITA Para poner mis huevitos
necesito pasto verde
que comeré aquí mismo
en esta pampita alegre.
Clocló clocló
FLORINDO La cocinaré con fuego
que yo saco con mi aliento;
me la manducaré luego
¡Ay! Si su sabor ya siento.
Aparece Florindo y la Francolina huye. Persecución. La gallinita logra huir. Aparece Pancho el cordero
PANCHO Yo soy el cordero Pancho
y es mi vellón el más blanco;
con mi lana se hacen trajes
las niñas de estos parajes.
FLORINDO Si no me comí la gallina
a este llevo a la cocina.
Lo cocinaré con fuego
que yo saco con mi aliento;
me lo manducaré luego
¡Ay! si su sabor ya siento.
Pancho huye. Florindo lo persigue. Se escapa. Aparece la vaquita Clara.
CLARA Yo soy Clara la vaquita
y doy leche con cremita
y con ella se hace queso
mantequilla y todo eso.
FLORINDO Si no me comí el cordero
y no me comí la gallina
este vacuno entero
me lo llevo a la cocina.
Mismo juego anterior. Florindo queda furioso. Cuando algún animalito trata de aparecer de inmediato el dragón lo ataca. Juego de los animales.
FRANCOLINA: Mis huevos ¡No puede ser!
Como voy yo ahora a poner…
(Sale llorando)
PANCHO Y sin pastito comer
mi lana no va a crecer…
(Sale llorando)
CLARA Si no como pasto verde
la lechita se me pierde…
(Sale llorando)
LA NIÑA POLITA Yo soy la niña Polita
la leche mucho me gusta
y comer huevos revueltos
redonditos como luna.
Para este invierno tan frío
Me prometió mi mamá
que una bufanda de lana
hermosa me tejerá.
¡Vaquita, Vaquita Clara!
¡Vaquita, Vaquita Clara!
Quiero tomar leche blanca
para yo crecer muy sana.
CLARA Niña Polita no tengo
leche para convidarte.
No me deja el dragón feo
con pastito alimentarme,
y si yo no me alimento
no puedo leche ya darte.
LA NIÑA POLITA ¿Y que podemos hacer
para salir de este trance?
CLARA Llamaré al cazador
con su escopeta de palo
que le haga puntería
y que le pegue un balazo.
Salen. Entra el cazador.
EL CAZADOR Yo cacé al lobo fiero
que se comió a la abuelita
y que también se comió
de un ñam a Caperucita.
No le tengo miedo a nadie
menos a un tonto dragón (Aparece amenazante Florindo).
(Acobardado)Yo soy valiente les digo,
(Tiembla) aunque un poco tiritón.
No crean que siento miedo
porque tengo mi escopeta
Juego. El cazador dispara pero no le achunta a Florindo o éste se come las balas. El cazador huye.
…perdóneme señor Dragón,
será mejor que me vire
y me meta en mi casita
que ya es hora que jubile.
Huye. Florindo se pavonea.
FLORINDO ¿A mí me quieren cazar
con escopetas de palo?
De todita esta comarca
yo soy el dragón más malo… (Ruge, echa fuego, etc.)
LA NIÑA POLITA Parece que el cazador
no pudo con el dragón
que casi se lo comió
de un tremendo tarascón.
Ya que no he tomado leche
me quiero comer un huevo:
Llamaré a Francolina
para que traiga uno fresco
¡Gallinita Francolina!
¡Tráeme un huevo que muero
de ganas de comerme uno
frito, a la copa o revuelto!
FRANCOLINA Yo no puedo poner huevos
porque no puedo salir
de mi nido a alimentarme
y voy de hambre a morir.
Ese dragón con su fuego
espantoso me quiere freír.
LA ÑIÑA POLITA Ya no puedo tomar leche
y no puedo comer huevos.
Tenemos que hacer algo
que solucione esto luego.
FRANCOLINA Llamaré a una brujita
para que embruje al dragón,
lo convierta en sapo chico
y termine esta cuestión.
Salen. Entra la brujita Amalia.
AMALIA Yo soy la brujita Amalia
la vecina de Roberto,
con mi magia poderosa
deshaceré este entuerto.
Con estos mágicos polvos
hechos de arroz de la china
te convertiré en un sapo
de verdosa gelatina.
Hace unos pases mágicos ante Florindo lanzándole polvos blancos. Este la mira indiferente hasta que con una gran llamarada le hace volar toda chascona.
FLORINDO Me quieren a mi embrujar
con unos polvos de arroz
De todita esta comarca
soy el dragón más feroz… (Ruge, echa fuego, etc.)
PANCHO Tampoco dio resultado
los embrujos de la bruja.
¿A quién ahora acudiremos
para pedirle su ayuda?
Quizás pueda el pescador
atraparlo con su red
y meterlo en una jaula
y no se pueda mover.
PESCADOR Yo soy un gran pescador
y entre mis redes atrapo
a pescados y lagartos,
dragones y pejesapos.
Lo mismo que lo anterior. El pescador termina huyendo enredado en su propia red.
FLORINDO Me quieren a mi atrapar
cual si fuera mariposa
con una red de pescar
¡Vamos! Traigan otra cosa…
Yo soy el dragón Florindo,
el más feo, no el más lindo
y a toditos los asusto
sólo para darme el gusto.
Que si ellos no me quieren
pues otra cosa no esperen…
LA NIÑA POLITA Vaya, vaya que problema
no tengo leche con crema,
ni huevos de Francolina,
ni lana pa mi chalina.
Quizás es la solución
darle otra cosa al dragón.
Saca un cepillo y pasta de dientes.
Oye dragón Florindo
tú que te crees lindo…
FLORINDO ¿Qué te pasa niña lesa?
¿Quieres perder la cabeza?
Esto sí que es muy extraño
¿No temes que te haga daño?
LA NIÑA POLITA Yo creo que tu problema
es algo que tú provocas
Y yo te diré que el dilema
tiene que ver con tu boca.
FLORINDO ¿Mi boca?
LA NIÑA POLITA Tu boca, claro.
Que hay que buscar amparo
porque es fétido tu aliento
y desde lejos lo siento.
Si tú te lavas los dientes
después de cada comida
las gentes agradecidas
te querrán sin duda alguna.
FLORINDO ¡Por los cuernos de la luna!
A lo mejor es verdad
que tanta fatalidad
viene de que no me lavo
los dientes con gran cuidado.
Coge el cepillo y se lava los dientes. Vuelve a abrir la boca y su aliento ya no es de fuego, sino de menta fresca blanca y verde. Se acercan los animales.
CLARA ¡Ya llegó la primavera
a esta comarca entera!
Ya no tiene el dragón fuego;
comeré pasto y luego
daré leche por montones
para los niños mamones.
FRANCOLINA ¡Que perfume suave siento
que es traído por el viento!
Por fin pondré de nuevo
grandes y hermosos huevos.
PANCHO ¡Qué agradable es este olor
que parece de una flor!
Mi vellón crecerá ahora
dando lana sin demora.
LA NIÑA POLITA Ya lo ven ustedes, niños,
a dragones con cariño
y algunos buenos consejos
se les gana y yo me atrevo
darles consejo también:
que sus dientes huelan bien:
lavarlos con el cepillo
para que nunca amarillos
sino blancos, sanos, luzcan
y no corra como loca
la gente cuando la boca
abran ustedes y un fuego
salga muy fétido luego.
FLORINDO Y al fin yo puedo cantar
esta canción popular:
¡Yo soy el dragón Florindo,
soy el lagarto más lindo.
Y me gusta que se sienta
mi aliento olor de menta!
CUENTA CUENTOS
Y esta historia está pasada
por un zapatito roto
y ahora les contaremos
la última que es con globo.
CUATRO
CUENTO INGENUO CON NIÑA Y GLOBO AZUL
I
Un globo bajó del cielo,
fugada gota de estrella,
tan suave como el silencio,
perfecto como una esfera.
Lo ven las aves primero,
luego la leve libélula,
la hoja tenue del abeto,
la luz de la sementera.
Saltando lo ve el ternero
en la bordada pradera;
alza el caballo su cuello
para ver la esfera bella.
AZUL ES EL GLOBO AZUL
AZUL COMO UN SUEÑO AZUL
AZUL ES LA ESFERA AZUL
AZUL PLANETA DE LUZ
Un zorro, un tordo, un conejo,
una brillante culebra
y una arañita asombrada
miran tan leve belleza.
Con el agua como espejo,
las flores de la ribera
miran flotando en el cielo
la luz azul del planeta.
Lo ve el agua del riachuelo,
inmóvil lo ve la piedra
y toda queda en suspenso
la madre naturaleza.
II
Impulsado por la brisa
el globo cruzó praderas
voló por sobre las villas
y atravesó las fronteras
Causó a todos maravilla,
que lo viera el que lo viera,
sentía su musiquilla
cantando la primavera.
Como una estrella perdida
llegó a la ciudad la esfera,
que se sabe presentida
por alguien que allí la espera.
La que espera es una niña,
es una niña cualquiera,
una niña entre las niñas,
la niña que niña era.
III
En las ciudades hay luces,
luces de autos y buses,
luces de calles y vías,
luces blancas, luces frías,
grandes focos y fanales:
son luces artificiales,
que tanto alumbran el suelo
que no dejan ver el cielo.
IV
La niña de nuestro cuento
vive con sus dos abuelos:
se llama ella doña Inés
y el abuelo don Marcelo.
Los viejecillos contentos
le dicen: «Mi caramelo».
V
Viven cuidando una huerta
verde de verdes verduras.
Tiene la casa dos puertas
y ninguna cerradura.
Por las ventanas abiertas
entran luz y mariposas;
nunca parece desierta
la cabaña primorosa.
Y es aquí donde al fin llega
la esfera azul luminosa;
poco a poco ya se allega
a la niña temblorosa.
VI
Dice la voz de la esfera,
que es sólo de pensamiento:
«Ven conmigo flor postrera,
ven a ser viento en el viento».
VII
Y la niña que lo mira
con sus ojos de avellana
dice: acércate y estira
tu azul mano a la ventana.
La luz se le acerca clara
y a ella la niña sube.
Cruzando leve mampara
sueña la niña ser nube.
Siente su cuerpo liviano
todo en luz desvanecido.
Mira su cuerpo y sus manos
de albores estremecidos.
Ahora es parte del aire.
Va por el cielo viajando
con un tan dulce donaire
como si fuera soñando.
Confundido entre las gotas,
su cuerpo es vaho celeste
tintineando con las notas
de lluvia sobre lo agreste.
Cada gota desprendida
sobre los campos y villas
tiene la forma encendida
de una niña maravilla.
Y el bosque se vuelve niña,
niña toda es la pradera,
niña el sembrado y la viña
y la fértil sementera.
Y así, cuando el mundo entero
de lluvia niña fue hecho,
el globo vuelto sombrero
se voló sobre los techos.
La niña asombro alumbrando
llega donde sus abuelos,
les cuenta como volando
la tierra se volvió cielo
y nuevas epifanías
hicieron reír al huerto,
en uno de aquellos días
de milagros vueltos cierto.
FIN DE CUATRO CUENTAS DE NIÑA
Pero ¡qué alegría inmensa! Felicitaciones por tu blog, por tu escritura maravillosa para niños de todas las edades… Y que siga creciendo el tejido bello y que tus amigos se emocionen, festejen contigo la palabra y alcen sus copas en el gozo compartido.